Pablo G. Bao
Aficionado al tenis, llegó a confesarme una noche, en su casa (íbamos ya por la segunda botella) que, antes que escritor o poeta, le hubiera gustado ser tenista. Destacó también, allá en su juventud, como actor de teatro, es gran melómano, prefiere que le llamen Pau (así se le conoce en su tierra natal) y se gana los garbanzos con su viejo pantógrafo, de mercado en mercado, no como vendedor (título que no acepta por tildarlo de injusta impostura), sino simple y llanamente como lo que él se siente: mercachifle.
Tamaño: 15×21 cm | Encuadernación: Tapa blanda con solapas |Número de páginas: 166
P.V.P. 14 € | Ingresar en cuenta |
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